Acostumbrado mas a los medios
digitales que a los análogos, la idea
de intervenir directamente un objeto
me sugirió cambiar el método que
habitualmente uso para ilustrar. Quise
aprovechar la tridimensionalidad para
hacer un ejercicio de improvisación y
jugar un poco con la manera en que
las diferentes caras se iban afectando
a medida que las iba interviniendo.
Comencé con la idea de las aves,
pero no realicé ningún dibujo o
pájaros
boceto previo sobre la repisa, en lugar de
esto, usé diferentes plantillas de esténcil
con formas que iba superponiendo y
modificando a medida que iba pintando,
en ocasiones una cara terminada volvía
al punto de partida cuando modificaba
la cara adyacente. Así fue como algunas
caras llegaron a tener seis capas de
pintura. Al final la idea de las sombras
de pájaros ruidosos cedió terreno a la
mancha y la textura como protagonistas.