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Su hilo conductor está trazado por
la múltiple exploración de técnicas
desarrolladas sobre los objetos, en este
caso repisas, que van desde el esfero,
pasando por el acrílico, el marcador y
llegando hasta el esténcil. Son piezas
inéditas, no reproducibles y eso lo hace
fascinante. Sus ejecutores cuentan
historias con diferentes talentos, todos
ellos han abordado la gráfica desde
diferentes ámbitos, el libro álbum para
entretener a niños y sobretodo a sus
padres, grafitis dentro de la ciudad que
vemos a diario en nuestro camino a casa,
camisetas que nos ponemos en esos
calurosos días, fanzines en contra de
todo y de nada, libros que se posan en
nuestra mesa de noche, creadores de
revistas abarrotadas de historias, amantes
de bicicletas, coleccionistas de toys,
fanáticos de The Cure y hasta bailarines
de salsa aficionados, todo esto se
amalgaman en una sola atmósfera
que navega a lo largo de este proyecto
y que espera se multiplique mas allá
de lo esperado.
Haciendo un paneo general dentro de la
muestra, podemos ver el encanto mágico
de las ilustraciones de Lorena Alvarez
junto a ella, el tono infantil extraído de los
libros álbum de Dipacho y Kal con su arte
conceptual nos saca una sonrisa; el dibujo
mal ejecutado pero fascinante de Jim Pluk
talentoso ilustrador que ha acompañado
a Leo Espinosa en diferentes muestras. El
gallo de Ilsantito que sobresale en la sala y
la mezcla de texturas creatas por el estencil
de Alex Sarmiento, son algunos de los
talentos que podemos encontrar.
Pero al parecer, tanto talento que
podemos apreciar, no parece ser tan
saludable para la profesión del diseño.
Hoy en día tenemos tantos gráficos
como espectadores, y eso marca una
baja constante en la calidad de piezas,
es un hecho que es visible, necesitamos
generar recordación, sobresalir y ante
todo, producir con un talento diferencial.
Pocos espacios se abren en nuestro
país para dar la bienvenida al diseño, es
irónico ya que es una de las profesiones
mas admiradas y buscadas. Hace poco
se cumplieron 50 años de la creación
de la carrera de diseño gráfico en la
Universidad Nacional, la primera en
el país, y ya son tantos diseñadores
que a la fecha es difícil enumerarlos,
eventualmente podemos casi decir que
tenemos una superpoblación de ellos.
Pero, cuál sería el diferenciador para
encontrar la calidad que necesitamos
como país? Muy seguramente no es
solamente trabajar con constancia, implica
una serie de variables que cada uno
puede tomar y hacer que crezcamos no
solo en número sino en calidad. Algunos
optan por formarse en otros países,
trabajar en agencias, conocer otras
culturas, crear su propio estudio entre
varios caminos posibles; sin embargo,
construir proyectos incluyentes a partir
de la gráfica junto con otras disciplinas
puede ser un buen modelo, para mostrar
el talento emergente y claro, también el
ya consolidado en Colombia.