Página 140 - Revista_Confluencia

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R
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sin conocer el todo, y conocer el todo sin conocer sus partes componentes.
Por ejemplo, cada individuo es una parte de un todo que es la sociedad, y
a su vez, ésta interviene desde el nacimiento del individuo incorporándole
su lenguaje, sus normas, sus prohibiciones y su cultura, por esto mismo el
todo, que es la sociedad, la hallamos en el individuo. Este nuevo movimiento
cibernético llamado cibernética de segundo orden o cibernética de los sistemas
observantes se permite cuestionar los conceptos de “verdad“, “objetividad” y
“realidad”. Se descarta de este modo la posibilidad de lograr una descripción
objetiva, sino que a partir de todos estos cambios en el mirar, toda descripción
es autorreferencial (Labay 2004).
Desde un punto de vista epistemológico, la cibernética de primer
orden se inscribe dentro de la corriente realista u objetivista que considera
que el conocimiento se refiere a una realidad estable, objetiva, existente
independientemente a que ésta sea conocida por el hombre. Por el contrario,
la epistemología desarrollada por la cibernética de segundo orden se enraíza
en la filosofía kantiana.
Jauregui (2008) en sus estudios sobre Kant expresa que el filósofo
propone invertir la relación sujeto-objeto como había sido entendida hasta
ese momento (en el acto de conocer lo determinante que es el objeto y con
él debían corresponderse nuestras representaciones).
Sin desestimar el papel predominante que los objetos tienen en el
conocimiento, Kant (1999) considera que el sujeto también tiene un papel
determinante y que algunas de sus representaciones son de tal índole que
los objetos para ser tales han de adecuarse a ella. Lejos de derivarse de una
experiencia ya constituida, los objetos serán representaciones a priori que
condicionarán toda experiencia posible, confiriéndole el carácter de objetivo.
La idea que aporta el filósofo, por primera vez, es que al conocer el sujeto
condiciona al objeto y lo hace, al menos de alguna manera, ser lo que es,
llevando a una profunda transformación a las nociones de “objetividad”
y “subjetividad”. El sujeto se convierte en el fundamento del carácter
objetivo de los objetos y esta subjetividad fundante (sujeto trascendente)
ya no se contrapone a la objetividad sino que permite su posibilidad. Esta
subjetividad objetivamente constituida no es una “creación” del sujeto ya
que la filosofía kantiana no pierde de vista la finitud.
Entonces:
a. ¿Qué es conocer y cómo es posible el conocimiento?
b. ¿Cómo sabemos que lo que conocemos es verdadero?
c. ¿Cuál es la relación entre conocimiento y realidad?