Página 144 - Revista_Confluencia

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A
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R
icardo
T
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el miembro partícipe activo de lo que observa? (cibernética de segundo
orden) (Segal, 1994).
Nuestras teorías serán comomapas de senderos de acción y pensamiento
que, en este momento de nuestra experiencia, se han convertido en
viables para nosotros. El hombre pensante como único responsable de su
pensamiento, de su conocimiento y hasta de su conducta. La conciencia de
nuestro operar en la construcción de la realidad puede ayudarnos a hacer
las cosas de manera diferente y tal vez mejor. (Von Glaserfeld, 1996).
La cibernética del segundo orden abre las puertas al constructivismo,
esto implica un modelo teórico del saber, un modelo de la adquisición de
conocimiento y alternativas (Segal, 1994).
En el contexto de lamediación, la observación del sistema humano desde
una epistemología circular constructivista, obstruye la visión individual
como un sujeto aislado o a-contextual y lamirada se dirige a una entidad que
interactúa generando un entramado de relaciones en diversos contexto que
otorgan significados, poblados de intercambios de información, que pautan
conductas de respuesta / emisión en forma permanente (Navarro, 1994).
Las preguntas internas del mediador serán:
• ¿Quién hace qué?
• ¿A quién?
• ¿Cuándo?
• ¿En dónde?
• ¿Cómo?
La circularidad no se comprende en términos de temporalidad ya que al
tiemponopuede revertírselo, pero sí puede ser redimensionado en lanarrativa
de la historia (reformulando ciertos eventos del pasado que adquirirán, por
ende, un significado diferente). Del pasado vemos la instauración de pautas,
reglas y mitos que rigen una dinámica determinada. La historia que se
construye es el resultado de un proceso de abstracción por el cual pueden
constituirse situaciones isomórficas (o no) en contextos similares.
El acto de conocer supone que existe en el exterior del ser humano, una
realidad absolutamente externa con ciertas características particulares e
inherentes a la misma. Pero ésta sería imposible de reconocer, puesto que dichas
características no resultarían descripciones puras del objeto, sino atribuciones
de significado provenientes del sistema de creencias del observador. La cosa
es, como confirmación de su existencia, para el sujeto que la captura en el