Página 179 - Revista_Confluencia

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P
olarización
política
y mediación
internacional
.
experiencias
y
reflexiones
personales
Sin embargo, aunque el esfuerzo estuvo bien direccionado en términos
de extensión y profundidad para enfrentar el dilema, no sucedió lo mismo
en cuanto a la
permanencia
que una iniciativa de construcción de paz
requiere. Una vez que el C.C. se retiró de Venezuela y el PNUD cambió de
representante, el apoyo externo a estas iniciativas desapareció y resultó
muy difícil para los actores locales comprometidos seguir trabajando solos.
La mayor parte de esas iniciativas fueron atropelladas por la dinámica del
conflicto político-social que después del referendo revocatorio presidencial
de 2004 y las elecciones de 2006 fue adquiriendo otras características, aunque
siempre apoyado en la polarización chavismo-antichavismo.
Por otro lado, como muy bien dice Lederach
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una condición
indispensable para trabajar con efectividad en procesos de construcción de
paz, es plantearse un horizonte de entre cinco y diez años. La experiencia
nos demuestra, una y otra vez, que es decididamente inútil el enfoque
que utiliza la mayoría de las agencias de cooperación internacional y otras
organizaciones que trabajan en el campo de los conflictos políticos y sociales,
cuando piensan con un horizonte programático de seis meses o un año
máximo, como suelen hacerlo. Este dilema no fue posible superarlo en la
experiencia venezolana. Para el C.C. se terminaron los fondos previstos para
ese programa (diseñado por seis meses) y la fundación siempre consideró
los esfuerzos de trabajo con sectores medios y bajos como algo accesorio
a lo principal (la observación electoral o la mediación a nivel alto). Para el
PNUD, porque el nuevo representante residente, según mi impresión, no
quiso correr el riesgo de que el gobierno lo reprendiera por ningún motivo,
así que decidió hacer
solamente
lo que el gobierno le pedía.
4. El último dilema es el de combinar roles como tercero,
cumpliendo
tareas de mediación primero y de observación electoral después. Esto es
lo que sucedió tanto con la OEA como con el Centro Carter en Venezuela.
Mirando hacia atrás, desde la experiencia y posicionamiento del Centro
Carter al menos, creo que fue un error aceptar seguir como observadores
electorales de la votación del referendo revocatorio presidencial luego de
la tarea de mediación que habíamos desarrollado. En su momento, planteé
a la directiva del Centro Carter mi opinión personal de que entrar en el
proceso de observación de la recolección de firmas para activar el referendo
revocatorio podía enfrentarnos a una situación dilemática sin solución:
ser facilitadores de acuerdos entre las opciones políticas que permitan el
2005”, informe escrito por el autor de este trabajo, disponible en http://www.cartercenter.org/
documents/2022.pdf
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“Building Peace: Sustainable Reconciliation in Divided Societies”, U.S. Institute of Peace, 1997.