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convencimiento” porque una escalada destructiva puede ser el resultado
de un mal entendido, de una falta de información o de un error de
cálculo. Puede ser que el que decide escalar destructivamente conciba
como escalada un movimiento de la otra parte, que de hecho no es visto
como un aumento de la intensidad por aquel que lo realizó. O, también
puede ser el caso en que si bien efectivamente el otro escaló, su intención
era desarrollar una escalada constructiva. De todas maneras insisto que,
en mi opinión, en estos casos lo que hace destructiva a una escalada no
son las razones por las que un actor actuó, sino aquéllas por las que el
otro decide escalar. Por supuesto, si en este tipo de situaciones la parte
que actuó inicialmente responde a la propuesta de escalada del segundo
asumiendo también la escalada destructiva, ésta se habrá consolidado en
la interacción conflictual entre los dos actores. Por el contrario, si alguien
le hace ver que no era la intención del otro actor escalar o que lo hizo
pensando en la consecución de un proceso de resolución, podrá lograrse
la neutralización de la escalada destructiva.
Ahora bien, el paso que media entre estar convencido de que el otro
escaló y escalar destructivamente puede verse favorecido por diferentes
factores. La concurrencia de éstos podrían, en mi opinión, explicar por
qué bajo ciertas condiciones los actores están más predispuestos a escalar
destructivamente cuando el otro aumenta la intensidad y no a asumir una
escalada de disolución o, incluso, constructiva. Es obvio que estos factores
pueden ser múltiples ymuy variados; desde el problema de la personalidad
del propio actor, pasando por patrones de prestigio o culturales hasta
cuestiones meramente contingentes como tener un mal día o encontrarse
mal en el momento en que se produce la reacción. No me ocuparé en
este momento del trabajo de este importante abanico de posibilidades
y simplemente presentaré un posible factor; la falta de convicción en la
viabilidad del proceso de resolución acompañada de las pocas posibilidades
para la disolución del conflicto.
Ya he indicado previamente que un factor que en mi opinión es clave
para comprender por qué se escala en post de la disolución es la convicción
de que el proceso de resolución es inviable. Cuando ocurre esto, y las
partes tienen los recursos suficientes como para intentar eliminar alguno
de los elementos, éstas responden estratégicamente con una escalada de
disolución. Pero, el problema se plantea cuando ni tan siquiera resulta
asumible la posibilidad de disolver el conflicto.
Si los actores no cuentan con los recursos suficientes como para
intentar disolver el conflicto y la permanencia en el conflicto no es una