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últimos treinta años, distribuidos entre el centro y la periferia,
así: en el centro de la ciudad estarían la zona el centro (Santa
Fe, LosMártires y La Candelaria), el sur (Puente Aranda, Antonio
Nariño y Tunjuelito) y el centro-norte (Siete de Agosto y San
Fernando); y en la periferia sobresalen focos en Ciudad Bolívar,
Kennedy (Avenida Primera de Mayo, Corabastos), Engativá,
Suba (El Rincón, La Gaitana-Lisboa-Bilbao), y finalmente, Bosa
y Usaquén (Codito, Verbenal). En cada zona está presente la
relación entre los focos de homicidios y estructuras y redes
criminales y delincuenciales. Según Escobedo, estos focos
tienen continuidad, con ciclos que duran más de una década
debido a que las estructuras y redes que los determinan “se
asientan, se adaptan y se transforman constantemente”.
En el caso de las redes que se ubican en la zona central de
Bogotá, estas se caracterizan por realizar asaltos bancarios
(hasta finales de los años noventa) y fleteos, paseos mi-
llonarios y taquillazos (desde finales de los años noventa,
principalmente). También hurtos de carros, de residencias,
al comercio y otros hurtos a personas de altas cuantías (an-
tes y en la actualidad), y bodegazos (hurtos de bodegas) y
acciones de piratería terrestre. Otras redes se pusieron al
servicio de paramilitares (años ochenta a mediados de la
primera década del nuevo milenio) y de bandas criminales y
de narcotraficantes (hasta la actualidad), en actividades como
el sicariato, cobros y extorsiones. “Han penetrado mercados
ilegales como la distribución de droga, el tráfico de armas
(Calle del Bronx, San Andresito), el contrabando en general
(San Andresito) y el manejo de zonas donde se concentra el
trabajo sexual (barrio Santa Fe)”, dice el informe.
En la periferia de Bogotá, estas redes criminales estuvieron
asociadas a las guerrillas (M-19, Farc, Eln) y paramilitares
vinculados a otras mafias (esmeralderos, Cartel de Medellín,
alianzas de esmeralderos y narcotraficantes), que se dispu-
taron y se turnaron el control de esos sectores, ejerciendo
dominio sobre las entradas y salidas de la ciudad. Así mismo,
en los años ochenta y noventa, intervinieron en los conflic-
tos por la tierra (invasiones, ventas sucesivas de un mismo
lote, linderos, desalojos). También incidieron en las disputas